Los estupefacientes, también conocidos como drogas, son sustancias que actúan sobre el sistema nervioso central, alterando su funcionamiento y produciendo una variedad de efectos tanto a corto como a largo plazo, que afectan la salud física, mental y social del individuo.
Efectos a corto plazo:
- Fisiológicos:
- Cambios en el ritmo cardíaco y la presión arterial (aumento o disminución, según el tipo de sustancia).
- Alteraciones en la respiración (ralentización o aceleración).
- Pupilas contraídas o dilatadas.
- Pérdida de coordinación y equilibrio.
- Distorsiones en el sentido del tiempo, visión y oído.
- Ojos enrojecidos.
- Apetito alterado (incrementado o disminuido).
- Músculos relajados o tensos.
- Náuseas y vómitos.
- Convulsiones.
- En algunos casos, pueden causar un ataque cardíaco o asfixia.
- Psicológicos:
- Euforia o sensación de bienestar.
- Disminución de la ansiedad.
- Relajación o excitación.
- Aumento de la alerta o somnolencia.
- Confusión y desorientación.
- Paranoia, irritación, hostilidad.
- Alucinaciones (visuales o auditivas).
- Pérdida de la memoria a corto plazo.
- Falsa sensación de agudeza mental (seguida de deterioro).
- Deterioro del juicio y la toma de decisiones.
- Comportamiento impulsivo o agresivo.
Efectos a largo plazo:
- Fisiológicos:
- Adicción: Es el efecto más común y grave, caracterizado por una necesidad compulsiva de consumir la droga, con un consiguiente síndrome de abstinencia al intentar dejarla.
- Daño cerebral permanente: Afecta la memoria, la cognición, el funcionamiento motor y las funciones que regulan el placer, el estrés y el autocontrol.
- Problemas cardiovasculares: Aumento del riesgo de ataques cardíacos, arritmias, derrames cerebrales y daño en los vasos sanguíneos.
- Daño pulmonar: Especialmente en drogas inhaladas o fumadas, puede causar bronquitis, asma, infecciones pulmonares y daño permanente.
- Daño renal y hepático: Afecta la función de estos órganos vitales.
- Debilitamiento del sistema inmunológico: Aumenta la susceptibilidad a infecciones.
- Pérdida de tono y fuerza muscular.
- Problemas gastrointestinales.
- Riesgo de contraer enfermedades infecciosas: Como el VIH y la hepatitis B y C, especialmente si se comparten agujas.
- Deterioro físico general: Descuido personal, pérdida de peso, etc.
- Psicológicos:
- Trastornos del ánimo: Depresión, ansiedad, irritabilidad, cambios de humor extremos.
- Psicosis: Puede inducir síntomas psicóticos, alucinaciones y paranoia incluso cuando no se está bajo la influencia de la droga.
- Deterioro cognitivo: Problemas de memoria, concentración, aprendizaje y resolución de problemas.
- Insomnio.
- Disminución de la libido.
- Comportamiento violento o agresivo.
- Aislamiento social: Ruptura de relaciones personales y familiares.
- Problemas legales y laborales/académicos: Incumplimiento de obligaciones, pérdida de empleo o bajo rendimiento.
Es importante destacar que los efectos específicos varían significativamente según el tipo de estupefaciente, la dosis, la frecuencia de consumo, la vía de administración y las características individuales de cada persona. El consumo de cualquier sustancia psicoactiva conlleva riesgos para la salud, y el abuso de ellas puede tener consecuencias devastadoras.
Uso de estupefaciente por el crimen organizado
El uso de estupefacientes por parte del crimen organizado es un fenómeno complejo y multifacético que impulsa gran parte de sus operaciones y ganancias. Las drogas no son solo un producto para traficar, sino una herramienta estratégica que les permite:
1. Generar ingresos masivos:
- Mercado global multimillonario: El narcotráfico es una de las actividades ilegales más lucrativas a nivel mundial. Genera miles de millones de dólares anualmente, que luego son blanqueados para financiar otras actividades criminales y fortalecer las organizaciones.
- Control de la cadena de suministro: Las organizaciones criminales controlan todas las etapas, desde la producción (cultivo de plantas, elaboración de drogas sintéticas) hasta la distribución y venta al por menor. Esto les permite maximizar sus ganancias y asegurar el suministro.
- Diversificación de ingresos: Los estupefacientes son a menudo la base financiera para que el crimen organizado se involucre en otras actividades ilícitas como el tráfico de armas, la trata de personas, el contrabando de bienes, la extorsión y el secuestro.
2. Financiar operaciones y expandir su poder:
- Corrupción: Las vastas sumas de dinero obtenidas del narcotráfico se utilizan para sobornar a funcionarios públicos (policías, jueces, políticos), permitiendo que sus operaciones fluyan con impunidad y debilitando el Estado de derecho.
- Armamento: Los recursos se invierten en la compra de armamento sofisticado, lo que les permite mantener el control territorial, enfrentar a grupos rivales y resistir las fuerzas de seguridad.
- Reclutamiento y control social: Las ganancias del narcotráfico se usan para reclutar nuevos miembros, pagar salarios, e incluso para proporcionar servicios sociales o beneficios en comunidades empobrecidas, ganando así la lealtad y el control sobre la población.
- Inversión en infraestructura: Construcción de laboratorios clandestinos, rutas de tráfico, almacenes, y sistemas de comunicación.
3. Establecer y mantener el control territorial:
- Violencia y coerción: El narcotráfico es intrínsecamente violento. Las organizaciones utilizan la violencia extrema para eliminar rivales, intimidar a la población, asegurar rutas de tráfico y mantener la disciplina interna.
- «Narcocultura»: En algunas regiones, el narcotráfico ha dado lugar a una «narcocultura» que glorifica la violencia, la riqueza ilícita y el poder de los cárteles, lo que puede influir en la juventud y perpetuar el ciclo de la delincuencia.
- Creación de «Estados paralelos»: En áreas donde la presencia estatal es débil, las organizaciones criminales pueden imponer sus propias leyes, impartir «justicia» y controlar la vida cotidiana de las personas.
4. Aprovechar la globalización:
- Redes transnacionales: El crimen organizado opera a escala global, utilizando las mismas rutas y métodos para el tráfico de drogas, armas y personas. Esto les permite evadir controles y expandir sus mercados.
- Uso de tecnología: Emplean tecnologías avanzadas para la comunicación, el transporte y el blanqueo de dinero, lo que dificulta su detección y persecución.
En el contexto de Chile: Chile, como país de origen, tránsito y destino de drogas, también se ve afectado por el uso de estupefacientes por parte del crimen organizado.
- Rutas de tráfico: Las drogas, especialmente la cocaína y la pasta base (provenientes principalmente de Perú y Bolivia), ingresan a Chile por las regiones del norte (Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta) a través de rutas terrestres y marítimas. También se ha observado un aumento en el tráfico de marihuana «creepy» de origen colombiano, a través de la ruta marítima Colombia-Ecuador-Perú-Chile.
- Microtráfico y lavado de activos: El control del mercado interno de drogas (microtráfico) es una fuente importante de ingresos para las bandas criminales en Chile. Estos ingresos se blanquean a través de diversas estrategias para ser reinsertados en la economía formal.
- Violencia asociada: El aumento de la violencia en Chile, incluyendo ajustes de cuentas y enfrentamientos entre bandas, está directamente relacionado con la disputa por el control de las rutas y mercados de estupefacientes.
Los estupefacientes son el motor principal que impulsa la maquinaria del crimen organizado, proporcionando los recursos financieros, el poder y la capacidad de expansión necesarios para perpetuar sus actividades ilícitas y generar un impacto negativo profundo en la seguridad, la economía y el tejido social de los países.
El uso de estupefacientes por el crimen organizado en los tribunales es una manifestación directa de la penetración y el poder que estas redes criminales han alcanzado. No se trata solo de los delitos de narcotráfico que se juzgan, sino de cómo el crimen organizado intenta influir y corromper el propio sistema judicial.
En Chile, al igual que en otros países, esto plantea desafíos significativos para la administración de justicia.
Aquí se detallan las principales formas en que el crimen organizado utiliza los estupefacientes (y el poder que de ellos emana) para impactar los tribunales:
1. Soborno y corrupción de funcionarios judiciales:
- Jueces, fiscales, abogados y personal administrativo: El dinero generado por el narcotráfico es tan vasto que el crimen organizado puede ofrecer sumas exorbitantes para sobornar a cualquier actor dentro del sistema judicial. Esto puede implicar desde influir en decisiones menores hasta asegurar la absolución de acusados, la manipulación de pruebas, la fuga de información sobre investigaciones, o la reducción de penas.
- Control de expedientes: Se puede intentar modificar o desaparecer evidencia crucial en los expedientes judiciales para favorecer a los acusados.
2. Intimidación y amenazas:
- Testigos: Los testigos de delitos relacionados con el narcotráfico son especialmente vulnerables a la intimidación, amenazas e incluso asesinatos. Esto se hace para evitar que declaren o para que cambien sus testimonios, lo que debilita las pruebas de la fiscalía.
- Jueces y fiscales: En casos de alto perfil, los jueces y fiscales pueden ser objeto de amenazas directas contra ellos o sus familias para que desestimen casos o dicten sentencias favorables a los delincuentes. Esto crea un clima de miedo que dificulta la actuación imparcial de la justicia.
- Abogados defensores: Aunque los abogados defensores tienen un rol legítimo, en ocasiones pueden ser cooptados o intimidados por las organizaciones criminales, forzándolos a adoptar ciertas estrategias legales o a facilitar la corrupción.
3. Blanqueo de capitales a través de estructuras legales:
- Inversión en estudios de abogados: Los ingresos ilícitos pueden ser blanqueados a través de la inversión en estudios de abogados o empresas de servicios legales, para dar una apariencia de legitimidad a sus operaciones y financiar su defensa legal.
- Compra de propiedades y bienes: Aunque no directamente en los tribunales, el blanqueo de activos es un delito conexo al narcotráfico que el sistema judicial debe perseguir. Las organizaciones intentan ocultar el origen ilícito de sus fortunas, presentando documentación falsa o utilizando testaferros.
4. Estrategias de defensa complejas y de dilación:
- Recursos ilimitados: El crimen organizado cuenta con recursos económicos casi ilimitados para contratar a los mejores abogados y un equipo de defensa numeroso, que puede emplear tácticas de dilación, recursos excesivos y apelaciones constantes para agotar el sistema judicial y alargar los procesos.
- Generación de incertidumbre: Pueden presentar pruebas falsas, testimonios contradictorios o coartadas fabricadas para sembrar dudas razonables y dificultar la condena.
5. Uso de «justicia paralela»:
- Violencia como mecanismo de control: En territorios controlados por el narcotráfico, las organizaciones ejercen su propia «justicia», resolviendo conflictos mediante la violencia, la intimidación y los ajustes de cuentas, lo que desalienta a las víctimas y testigos a recurrir a los tribunales formales. Este «sistema paralelo» socava la autoridad del Estado.
Desafíos específicos en Chile para los tribunales:
- Aumento de la violencia: Como se ha mencionado, la disputa por el control de las rutas y mercados de drogas ha incrementado los homicidios y la violencia en Chile, lo que se traduce en más casos complejos para los tribunales.
- Sofisticación del lavado de activos: Las organizaciones criminales chilenas están sofisticando sus métodos de lavado de dinero, diversificando sus mercados y, según informes, incluso incursionando en el «narcoterrorismo». Esto exige una mayor especialización y herramientas para la investigación financiera y el recupero de activos.
- Penetración del crimen organizado transnacional: La llegada de grupos como el «Tren de Aragua» ha introducido nuevas dinámicas de violencia y complejidad en los delitos, con ramificaciones internacionales que complican las investigaciones y los procesos judiciales. El juicio contra la banda «Los Gallegos» en Arica, un brazo del Tren de Aragua, es un ejemplo de la complejidad de estos casos, con múltiples delitos (homicidios, tráfico de drogas, tráfico de migrantes) y un gran número de acusados.
- Necesidad de especialización: Se ha propuesto la creación de tribunales especializados en causas relacionadas con terrorismo, narcotráfico y crimen organizado en Chile, lo que refleja la necesidad de una respuesta judicial más robusta y adaptada a la complejidad de estos delitos.
- Protección de testigos y operadores de justicia: Es fundamental fortalecer los programas de protección de testigos y asegurar la integridad de jueces, fiscales y personal de tribunales para que puedan actuar sin miedo a represalias.
- Cooperación internacional: Dada la naturaleza transnacional del narcotráfico, la cooperación jurídica internacional y el fortalecimiento de redes de trabajo entre diferentes países son esenciales para desarticular estas organizaciones y llevar a sus miembros ante la justicia.
En definitiva, el uso de estupefacientes por el crimen organizado no solo es un delito que se juzga en los tribunales, sino una fuerza poderosa que busca minar la propia esencia del sistema judicial, ejerciendo presión a través de la corrupción, la intimidación y la sofisticación de sus operaciones. Combatir esto requiere una respuesta integral del Estado, que involucre no solo a las fuerzas de seguridad y al Ministerio Público, sino también a un Poder Judicial fuerte, independiente y con los recursos necesarios para enfrentar esta amenaza.